Experiencia estética / Experiencia religiosa
- Mariana Mira Sarmiento
- 22 sept 2017
- 1 Min. de lectura
Pensar en la experiencia estética como experiencia religiosa puede ser una invitación a evitar interpretar a través del lente de la cultura occidental toda creación artística -esto es, siempre como medio para alcanzar un fin- lo que quiere decir que la creación del objeto artístico puede ser, por sí misma, un fin último. En el caso del arte religioso medieval es plenamente visible: la obra de arte podía ser asumida como una manera de canalizar el sentimiento religioso, de expresarlo materialmente o de hacer visible lo que, se suponía, era invisible (la presencia de Dios en todo el espectro social). Terminada la obra, el fin podría considerarse alcanzado. Esto da luces para comprender la capacidad de los objetos para generar reacciones emocionales o el recurso a ellos para expresarlas.
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